domingo, 26 de julio de 2015

Se lleva México copa sin valor

La Copa de Oro 2015 llegó a su fin con el partido entre México y Jamaica que los norteamericanos ganaron por 3-1. Con este resultado los jamaicanos no pudieron poner la cereza en el pastel a su mejor torneo en la historia, pero dejan un buen sabor de boca al alcanzar su primera final. Por el otro lado México suma su séptima copa para su palmarés y consigue medio pase a la confederaciones de Rusia 2017.

El triunfo en la final no tiene discusión, México fue superior y, tras un inicio dubitativo donde los caribeños se vieron muy peligrosos, tomó el control de las acciones, se adelantó con un golazo de Andrés Guardado y definió todo a inicios del segundo tiempo. Hubiera sido un digno campeón de no ser por una gran verdad, los aztecas nunca debieron jugar este partido, llegaron ahí por un arreglo corrupto y por ende esta copa carece de todo valor, pues quedó bien demostrado que no obedece a méritos deportivos sino a intereses económicos.

Mucho se ha hablado del partido México - Panamá de semifinales en el que México jugó muy mal y donde los canaleros fueron robados. Y se trata de un robo con mayúsculas porque las decisiones que los perjudicaron no se pueden atribuir a simples errores humanos, siempre lamentables pero parte del juego, sino a un auténtico decreto para beneficiar a los mexicanos. No se trató de un sólo error del árbitro Marc Geiger, sino de todo un partido con decisiones parciales, a pesar de las cuales México no pudo ganar y acabó requiriendo del penal más falso que pueda recordar para mantenerse con vida y acabar llegando a una final.

México no tiene la culpa de lo que hizo CONCACAF. Fue una decisión económica y que seguramente se gestó en el momento en que Estados Unidos fue sorprendido por Jamaica horas antes. No podía haber una final sin al menos uno de los dos grandes. Así que México avanzó sólo por que lo quisieron los de pantalón largo. No es negocio una final Jamaica-Panamá y con tal de llenarse de dólares en nada les importó  arrastrar el prestigio de una Confederación que ya carece totalmente de el, salvo por las buenas actuaciones que sus afiliados a veces logran en canchas internacionales.

Mexico celebrates their victory in the 2015 CONCACAF Gold Cup final. -Getty
México se lleva la Copa de Oro 2015

Mañana se hablará mucho de que México dominó totalmente la final y las televisoras querrán convencernos de que, por ende, fue un digno campeón. Ellos también estarán cuidando su negocio que es la ilusión de que nuestro equipo de futbol triunfe.
Pero festejar este triunfo implica dos cosas. Uno, es festejar que la corrupta CONCACAF se haya salido con la suya y ahora pueda organizar un play-off por la Confederaciones para ganar más dinero con sus dos selecciones negocio. Es lamentable que sus sucias intenciones se vean recompensadas.
La otra es que nos muestra la poca memoria y la mediocridad que, más allá del deporte, no nos deja progresar como nación. No nos importa el como, festejamos el triunfo como si fuera algo digno cuando en realidad dimos pena. Y no se puede hablar de un triunfo cuando nosotros perdimos futbolísticamente, no ganamos nada, nos lo regalaron.
¿en otras ocasiones México ha estado del otro lado de la moneda? ese es el argumento más usado por quienes se alegran de cualquier copa, gánese como se gane. Sí, pero eso no es ningún consuelo, para empezar esas otras ocasiones han sido auténticos errores, no robos. Y para terminar, yo no aspiro a que mi equipo se conforme con ganar igual que los demás, si es que los otros lo han hecho mal. Yo quiero un equipo que demuestre que efectívamente es el mejor, sin dejar dudas, y que no se rebaje a depender de cosas chuecas para alcanzar sus objetivos. Los equipos grandes se alzan sobre circunstancias adversas, no dependen de ellas.

No culpo a la selección de lo ocurrido, insisto en que no creo que ellos lo hayan pedido, pero no tengo nada que celebrar. Ganó la corrupción, ganó la tranza y perdió el futbol. ¿nos da realmente alegría tener una copa que presume que somos los mejores cuando no pudimos vencer a Guatemala ni a Trinidad y Tobago, cuando no supimos meterle gol a Costa Rica y cuando para todo efecto práctico perdimos con Panamá? ¿por qué necesitamos ser humillados para, en el último partido, mostrar el dominio que siempre debimos tener?

Que se alegren las ratas y los mediocres, lo de hoy da un respiro al equipo, pero se trata de un trofeo sin ningún valor, y producto de uno de los mayores robos en la historia del futbol.

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